Dos años y medio que pesaron con la fuerza de una década -nunca fue tan largo ni tan corto-. Tiempo suficiente en el que pude vislumbrar, no del todo, la senda que comienza a dibujarse en el horizonte, la cual debo y quiero seguir...
Nostalgia? Obvio, quien no sintió tal cosa (?) seguramente olvida rápido. Grave, muy grave.
Se me hace que fue ayer cuando llegue a "la aldea" -como yo le llamo-, tarde en la que el sol penetraba la tierra, o el mismo infierno salia por debajo de ella. Un pequeño bolso cargado de unas pocas prendas, y los ojos llenos de lagrimas porque no me sentía en mi sitio. Pero con la vista puesta al frente. Era momento de comenzar a forjarme en la búsqueda de mi propio "yo" -ni vestigios del susodicho por el momento- dejando atrás el barrio que me vio crecer, los amigos, la familia y tantas otras cosas que no recuerdo -seguramente no fueron tan importantes como para no tenerlas presente-. Los primeros meses fueron duros -si no lo sabrá mi almohada...-, meses en los que solo me veía rodeado por muros, y yo preguntando "como mierda hago para salir de esta?"; Construcciones mentales que llegaban a tenderme en la cama, despojado, sin ánimos de hacer siquiera el intento de cambiar la realidad que me cercaba en ese entonces...
Como buen intento de asesinar a ese pesimista que habitaba en mi, decidí que lo mejor era buscarme un laburo y poner el lomo; Si seguía inerte lo mas probable es que no estuviera escribiendo ahora.
Con mi primer trabajo -del cual me siento orgulloso porque aprendí lo que no quería ser en un futuro- todo cambio, creo que yo también. Mientras refregaba y secaba -era un lavadero de autos- me acordaba de mi viejo sentenciando "si no estudias te vas a pelar por tonto", y si, realmente fue así. "Uno no es esclavo de alguien, sino de su propia ignorancia" frase que pertenece a alguien que desconozco, pero que me ha servido como "salmo" para ver, en ese momento, cuan equivocado estaba respecto de muchas cosas, cosas por ejemplo: "no hace falta estudiar para ser alguien" ERROR! Si hace falta!, porque sino lo mas probable es que termines lavando autos como yo, o midiéndole calzado a una señora de 100 kg. que se mira al espejo, y en afán de auto-consolarse, piensa en voz alta "le pedí los de color rojo y el boludo me los trae bermellón, me hacen menos delgada -si, también trabaje en una zapateria-.
Mierda si no habré maldecido todo este tiempo mi suerte de naufrago voluntario...
Exagero un poco, lo se. Pero no todo fue tan malo; durante este tiempo (hablo en presente porque solo le quedan dos días de vida a este capitulo) conviví con la mujer que me enseño valores importantes: mi abuela, -quien también hizo de madre, de amiga, de confidente-. Irme pensando en que la dejo sola me duele, podría aguantar un tiempo mas, pero como dice ella "sino lo haces ahora, mañana el tiempo te va a pasar factura y te vas a arrepentir", y cuanta razón tiene....
En fin, fueron tantas cosas, tantas personas, tantos meses, incontables horas, sobradas maldiciones, momentos buenos y malos etc, etc, que me enseñaron a crecer de a poco, pero crecer al fin.
San Pedro -"la aldea"- me acostumbre, lo acepto, involuntariamente y odiándote; pero ahora que te voy dejando pienso que no fuiste lo que creía en su momento. Me llevo buenos recuerdos y lo que es mejor: esperanzas de seguir adelante, de seguir creciendo, de seguir en esa búsqueda de mi...
"Soy un hombre afortunado, nada en esta vida me fue fácil" (S. Freud)...