AGRIA EXISTENCIA

Sabia que a leguas inciertas
su hado marcaba un abismo,
ese abismo que cruza el suspiro
encarnizando los deseos de jamas dejarte.


Y entonces me consuela, o creo al menos,
que no somos madera cortada por la misma cierra,
ni horizonte que se ampara bajo una misma mirada,
daltonica, anacrónica, miope y tal vez errada.


Si algo rescato entre esas horas escurridas,
siendo fiel a mi bipolaridad, tan presente y austera,
doblego a mis sentimientos a no pesar sobre tu ausencia,
ni a tu partida a ser fantasmas en mis horas de nostalgia.

RETROCESO

Casi siempre me veo como el ignorado
con ansias de regresas al velo de los que me desconocen
y por esas horas creo que ya soy un muerto
sin destino, lugar, sitio ni acierto.


Sera excusa de que jamas volveré a ser un confinado?
Que aquí o allá o donde quiera que pise
siempre estaré en un pensamiento vago 
de alguien que poco añore a este que nada entiende?


Y de casualidad ya estoy de vuelta,
tal vez a convidar lastima y cansancio y menudencias,
pobrezas y afectos
pagando, sin duda, mi cuota de ser el odiado
con poco interés cavilando amor por piedad.


Y en esos momentos me pregunto: Por qué mierda regreso?
mi ignorancia no lo sabe,
pero aquí me veo nuevamente, volviendo al mismo circo de siempre...

VISIONES

Oír el universo

plagados de calles, de veredas

de lagrimas y gritos de fantasmas

doblegados bajo una farola.

Huir con esos fantasmas,

hallar solo murmuro,

desear alcanzarlos,

y solo toparme con la afasia,

intentar abrazar el misterio

y solo chocar con el cemento...

LA HETAIRA

Vacilan sus dedos entre subir o bajar;
no hay halo mas dulce que el de su mirada,
ojos pigmentados de un turquesa profundo
donde vuelvo cada vez que necesito encontrarme.


Titubea algo en silencio, al filo del susurro;
casi no logro escucharla, o quizás no quiera que la escuche.


Se quita la traba dejando caer sus cabellos,
no hay rubor ni maquillaje, solo un rostro puro
en el cual baila una sonrisa inmaculada, inocente,
dejándose al descubierto ella misma, sin disfraz ni embozo.


El apremio de tenerte no es en vano,
con tanta belleza acumulada ¿quien no te desea?