A L.
Hay cosas arregladas
reservadas en lugares secretos
cosas como por ejemplo: el amor y las sabanas,
o el sudor y tu piel.
Inhóspitos rincones
que ocultan rumores de corazones descalzos.
Miro el reloj y son casi las once,
tus uñas negras y el cielo pálido, gris.
Hay olor a ti dibujado en el ambiente,
momentos recurrentes que se posan en mi mente
tejiéndose entre espasmos de nosotros.
Esa noche, esas noches,
en las que cuatro estaciones colgaban en la puerta,
tus manos -prestadas a mi mano-
delicadas urdiéndose entre mis manos,
así las tuve y así las recuerdo.
No pido mucho en este tiempo presente,
mas que tenerte el tiempo que tarda en sucederse una vida.