Desde afuera las luces de neón titilan
como flaqueando en el filo de la noche,
ya se puede oír una guitarra afinando la guateque
que se escapa por los ventanales a lo inciertos.
Es jueves, casi media noche,
la muchachada cae como gotera,
y ya en una esquina un ritual comienza,
todo gira en torno a unas cajas de vinos,
voces roncas y ásperas de cigarros,
caras que traen consigo melodías.
El anfitrión va y viene esquivando mesas,
hace un gesto de "ya lo atiendo",
tropieza con una que otra silla.
"La velada va a ser inquieta" piensa.
Uno que otro rostro conocidos,
con la frescura de siempre,
esa que solo trae una juntada de amigos,
de jueves de compadres, de violas,
de guitarras y bombos,
de vino cortado mitad y mitad,
de humo, zamba y uno que otro gatito.
La tertulia trasnochada tiene ese gustillo acorde
que nace de cuanta cuerdas se acaricien
como seduciendo las curvas de una musa
que se deja cautivar siempre y cuando,
quien la acaricie le cante alguna poesía.
Quien quiera ir siempre es bienvenido,
para llegar solo pregunten por Yoni,
¿Quien no conoces a ese personaje?
tipo visionario paridor de grandes artistas....
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