San Pedro de Jujuy, 17 de marzo de marzo de 2010.-
Querido viejo:
Recuerdo cuando en aquellas tardes te observaba sentado bajo el alero blanco, añejado por el tiempo que se escurrió entre la pintura resquebrajada.
Eran esos instantes, donde solo tu y tu conciencia eran testigos de tus pensamientos, anclados en un vació anegado a tu soledad momentánea. Me preguntaba a mi mismo ¿Que fueron de aquellos años que perdimos por no saber entendernos?
Han pasado 7 meses desde que me fui de casa, una primavera, un verano, mi cumpleaños y tus sesenta años.
Si sintieras el dolor que apuñala mis entrañas por haberme ido jurando nunca regresar...
Hoy viejo querido, todavía guardo aquella canción que te escribí y ensaye durante, pero que nunca me anime a contártela por miedo a que mi voz se entrecortara y una lágrima dejase ver lo mas sensible que hay en mi.
Mientras enciendo un cigarro, vienen a mi mente aquellas mañanas en que la primera pitada del aroma a tabaco inundaba la cocina mientras preparabas el desayuno y silbabas a mamá anunciando que el café estaba listo.
¿Cuantas noches han pasado sin volver a escuchar tus ronquidos? ¿Cuantas arrugas habrán nacido en tu rostro?.
La vida en estos últimos meses no me ha sido fácil, lejos de casa me siento un hombre que dejo de ser niño para afrontar la vida que me espera. Hay! si supieras lo mucho que me cuesta levantarme para ir a laburar, si tan solo te imaginaras que hasta a veces el sueño me abandona en letargosas noches de insomnio.
La garganta es un nudo constante, la ansiedad se traducen en 40 cigarrillos diarios. Pero lo mas triste son estas lágrimas que en tu nombre dejo caer, que nacen y mueren atosigando el alma, recordándome aquella tarde que deseo olvidar.
Como quisiera saber si has aceptado las disculpas que nunca te pedí por no tener valor.
Maldito vino y que desato la bestia furiosa que aquella tarde viste, y que ni siquiera yo sabia que existía en mi.
Malditas las horas en que el silencio enmudeció un "viejo te amo" que no me anime a decir.
Maldita esta tarde en que el dolor se materializa en un llanto volcado en cada palabra aquí escrita.
Te confieso, que por mas de estar acompañado por todos los que aquí me rodean, hay un vació dentro mio que se llama PAPÁ.
Seria injusto buscar un culpable cuando el que no quiso escuchar fui yo, pero la vida parece que tenia preparado este plan -de vida- para mi.
Hace un par de noches, la muerte apareció en mis sueños diciendome que algún día vendría por mi, quizás mañana, dentro de un mes ó dentro de sesenta años. Lo que si me aseguro es que de ella no me salvaría, es por eso que antes de que sea tarde, quiero que sepas de mi puño y letra lo que mi corazón te quiere decir: TE AMO...
Perdón por no ser el hijo que alguna vez quisiste que fuera...
No hay comentarios:
Publicar un comentario