Nacimos siendo parte del camino
y a el nos remontamos en cada aventura,
vamos y venimos sin rumbos fijo
como naufrago a la deriva de una brújula descalibrada.
No tenemos horario de partida,
solo Dios sabe si regresaremos algún día.
Duele ver tus lagrimas en la despedida,
son como mil quinientos motivos para no marcharme,
pero la vida me hizo así, no tengo residencia estable,
no soy de aquí ni tampoco pertenezco allá.
Llevo conmigo una mochila de sueños,
cargada de gratos e inolvidables recuerdos,
que a veces se siente mas pesada
cuando la nostalgia trepa por los hombros
recordándome que en algún lugar me espera alguien
asciendo pausa a los besos que la distancia no convida a los siempre ausentes.
Vamos y venimos por el solo gusto de explorar el mundo,
no nos vasta un lugar cuando sentimos que nuestro lugar nunca termina.
Somos parte del frió en las noches de soledad,
amigo del hambre cuando faltan caricias,
hermano del miedo cuando sentimos que todo se termina,
somos coraje y valentía por senderos desconocidos.
Si alguien pregunta por nosotros, nunca nadie sabe la respuesta,
porque ayer eramos parte del presente, hoy solo parte de la memoria,
tan holgada y frágil que a veces nos olvidan.
Que dolor en el pecho, cuanta angustia tan borracha de incertidumbres,
A veces me pregunto porque la vida me llevo a ser así?
pero lo cierto es que las preguntas son dudas que mueren en la duda.
ir y venir, de aquí para allá,
estar y no estar,
desaparecer sin dejar rastros,
caer sin avisar.
Que complejidad no???
Tantas vueltas que da esta vida calesita algún día terminara por marearme...
La pregunta no es ha donde iré a parar, sino ¿¿¿hasta donde iré a llegar???
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