sueños que se masturban en el placard
en post de una guerra de sentimiento.
a la almohada caprichosa le vinieron sus días
y las sabanas inquietas solo claman orgía
si vieran a las paredes onanistas exitandose
cuando se revuelcan en el piso la lujuria y el deseo
no prendas la luz, la quimera de la pasión se prende fuego
el festín de las medias revolcándose en el talco,
los minutos eyaculando sudor en el techo.
la puerta vigilando la tertulia en desmadre
al velo del desenfreno frenesí de deseos.
a los zapatos se le erectaron los cordones
haciendo que de improvisto se vinieran los pantalones
que obscena fiesta lujuriosa
tentando a los comensales a empacharse de libertinaje
por suerte la noche había dejado de ser puritana,
sin ser invitada, se metió por la ventana
y gimió hasta los primeros rayos del sol,
enredada entre las sabanas.
callen los gritos clamaba la vecina,
aturdida, caliente, abrumada.
tengan compasión de esta menopausia en monasterio
que no siente tal alegría, lo cual ya es un misterio.
de repente prenden la luz, y la fiesta se termina...
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