Un clochard sangraba en el quinto piso,
afuera el mundo seguía su ritmo natural,
caminaban con prisa, alterando el silencio de la noche,
moribundos que iban y venían,
sin saber siquiera a donde llegar.
Fumaba el aliento del universo sintiendo el estupor,
entre el asma del pasado y los catarros de olvido
tratando de no ser parte de estos que caminaban sin sentido.
Lamentando el precio de su suerte
un corazón amenazaba con saltar de closet,
nunca le había dicho que no a otros corazones
pero siempre tuvo la misma respuesta, tan cruda realidad,
sin maquillaje ni rubores de sentimientos abandonados,
por quienes regalaban todo, todo, menos eso llamado amor.
Alguien atolondraba la desazón anunciando que todo estaba perdido...
Las cenizas se derramaban sobre la alfombra
contando las tristezas que se desgajaban a raudales
en cada lágrima que caía sobre la los minutos
de un reloj al cual se le habían secado las pilas.
En medio de la tertulia que aconteciese al mórbido momento
aparecieron tus palabras como susurro en el viento
Dimos un paso atrás, soltamos las amarras del cuello.
un segundo fue suficiente para no acabar con eso que estaba a punto de empezar..
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