Si me pierdo en esta larga espera de esperarte
-sabiendo que cada vez que te marchas
tus sombras velan en el suelo las manchas
que olvidas al salir por las puertas que te ven partir-
anhelo, con ganas de deseos impetuosos
que tiemblan en la cornisa del misterio del universo,
vuelvas cuanto antes,
antes de que la soledad gane la partida
de este juego,
del cual, a si no quiera querer,
formamos parte.
Pues no me abandones con excusas rebuscadas a la vuelta de la esquina,
no quieras creer que las paredes no sangran tu ausencia
cuando me dejas a la deriva de los fantasmas que repartes
cuando sin mas ni menos, de un portazo, te alejas.
Y si de algo sirviera confesarte que moribundo te espero,
vendrías al rescate de este mortecino agonizante
con falta de vida, sobra de muerte y carente de ti???
No quiero parecer frágil en estas horas de esquizofrenia color ocre,
donde la desdicha se derrama por debajo del sofá
apostando con la fatiga colérica de saber que no estas.
Lo peor, es que, cuando te repliegas a la huida
inconscientemente, te olvidas tus prendas
tiradas debajo de la cama,
abandonándote a ti misma entre almohadas y sudorosas sabanas.
Siquiera no seas avara
y deja tu aroma esparcido en la sala
así cuando al suspirar los minutos mortales
-tan llenos de ti, tan ausente de vos-
sienta por segundos casuales,
que no te has ido nunca del lugar del cual jamas has pertenecido....
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